Fuente: Diario Gestión A comienzos de mes, caí en cuenta que mi última columna del año sería publicada el Día de los Inocentes. Entre las opciones que repasé estuvo describir lo bien que nos iba en materia económica debido al consenso político alcanzado, y tras reseñar todos los logros que estábamos teniendo –imaginándome la cara de desconcierto del lector– terminar con el clásico: ¡Feliz Día de los Inocentes! Descarté la opción por rayar en el sado-masoquismo. Pero no olvidé el día que se celebra hoy. Consulté con el Sr. Google y así me enteré que el 28 de diciembre concurren dos tipos de celebraciones, bastante antagónicas entre sí. La primera es la que conocemos en el Perú y en el mundo hispano, donde se acostumbra a hacer bromas en las que los incautos caen por inocentes. Sin embargo, y esto es lo que yo desconocía, el cristianismo adoptó este día para honrar la memoria de los niños que murieron durante el mandato de Herodes, quien mandó a matar a todos los niños menores de d...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión