1. Tras pasar unas semanas en Venezuela, hace poco regresé a Lima. ¡Sentí que llegaba al Edén! Pero después de unos días, me di cuenta que algo andaba mal en el Paraíso. Adán y Eva se peleaban todo el día, casi no hablaban entre sí. La serpiente, por su parte, se arrastraba –desanimada y angustiada– como si ella y sus amigos fuesen a ser expulsados pronto. En efecto, es probable que al verlos así, con el ánimo por los suelos y al percatarse de que –producto de la corrupción– en el árbol prohibido no quedaba ni una sola manzanita, el Pueblo se indignase y los expulsase a todos, diciéndoles: “¡Vayan a analizarse! Tienen todo para ser y hacernos felices, pero viven preocupados, haciendo trampa y en continuo conflicto, como una cuerda de infelices…” 2. Tras contrastar el estado de ánimo de la élite peruana –depresivo y ansioso– con la situación y las oportunidades que tenemos, creo que de verdad nos vendría bien el analizarnos. Unas sesiones de introspección y reflexión, echados e...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión