Aún después de tres décadas de importante progreso económico, un gran número de peruanos no goza de acceso a bienes y servicios públicos básicos. Muchos de ellos se sienten “ninguneados”. Para muchos, el Estado simplemente no existe o está ausente, y es justamente esta ausencia de Estado la que afecta dramáticamente la calidad de vida de estos pobladores. Por ejemplo, el porcentaje de pobreza extrema en la selva rural –donde el Estado casi no está presente– es casi tres veces el promedio nacional. Sin embargo, no es necesario trasladarse a lugares lejanos para verificar la ausencia de un Estado proveedor de servicios públicos básicos. Muchos pobladores de las áreas periféricas de las grandes urbes sobreviven día a día sin acceso a redes de agua y saneamiento, salud, seguridad, justicia, transporte masivo razonable, entre muchos otros. Pero, desgraciadamente, tampoco es necesario ir a zonas marginales para constatar cómo grandes grupos poblacionales son ninguneados por ...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión