Fuente: diario Gestión 1. “… que bueno por conocer” señala el refrán. Un economista nos diría que, según esta sentencia, la incertidumbre en sí misma es perjudicial. Y lo es tanto que, aun cuando sea posible mejorar, está el riesgo de que empeoremos. Una decisión racional sería, pues, no aventurarse a modificar el statu quo . 2. El refrán, asimismo, comulga con la afirmación que podría hacer un estadístico: el valor esperado de una decisión no constituye información suficiente para tomarla. En efecto, el valor esperado refleja el primer momento de una distribución de probabilidades (la media), pero a los seres humanos –aunque muy pocos lo expresen en estos términos– también les importan momentos más altos de la distribución (como son la varianza, el sesgo y la curtosis), que están asociados a lo que generalmente entendemos por incertidumbre. 3. ¿Y a qué viene todo esto? Estamos l...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión