Fuente: Diario Gestión En diversas columnas, y en mi libro sobre Petroperú, he argumentado que las “empresas sin dueño” –como lo son en la práctica nuestras empresas públicas– presentan graves problemas de gobierno corporativo justamente por carecer de un dueño a quien rendirle cuentas. Problemas que terminan siendo muy costosos para los peruanos. ¿Qué hacer con las empresas públicas? En muchos casos, la mejor opción es la privatización de las mismas, pues el que estén bajo el ámbito de la actividad empresarial del Estado no genera beneficios netos para la sociedad. Asignar recursos públicos escasos a mantener estas empresas, en vez de a proveer los bienes y servicios públicos que la población demanda, carece de racionalidad económica. Las mantenemos en el Estado porque es políticamente incorrecto hablar de lo correcto: privaticemos aquello que no tiene sentido mantener en el Estado y destinemos los recursos que se obtendrían a financiar las actividades que el Estado sí debe desarrolla...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión