Fuente: Diario Gestión “Uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde” es una refrán popular que todos hemos escuchado más de una vez. Los dichos y refranes destilan siglos de experiencia humana, sintetizan parte de la sabiduría acumulada y contribuyen a construir o, cuando menos, a difundir el denominado “sentido común”. Elaboraremos algunas ideas económicas en torno al refrán con que empezamos esta columna. Una variación del dicho en cuestión es la siguiente: uno no anhela lo que tiene; los anhelos reflejan, más bien, las carencias. Probablemente entre los anhelos más fuertes están aquellos que reflejan nuestras nuevas carencias: aquello importante que acabamos de perder. Los anhelos son sentimientos de deseo intenso de hechos concretos que se incorporan, en mayor o menor grado, en nuestra toma de decisiones y, por tanto, ayudan a explicar nuestro comportamiento. ¿Qué hemos perdido en los últimos años? ¿Cuáles son estas nuevas carencias que pueden estar definiendo ...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión