- Al margen de los resultados electorales, estoy seguro que la gran
mayoría de nosotros celebramos que finalmente haya acabado la campaña
electoral. La segunda vuelta estuvo caracterizada por un sinnúmero de
golpes bajos. Pero no solo eso, también hubo errores mayúsculos en ambos
bandos, errores que le pudieron hacer perder la elección a cualquiera de ellos,
al punto que el que resultó ganador lo hizo solo porque los errores del
contrincante terminaron sobrepasando a los errores propios.
- Escribo este artículo la noche del sábado anterior a la elección.
Como muchos de ustedes, esta noche me di el tiempo de ver el partido de
Perú frente a Haití en la Copa América. Hice esto después de recibir
sopotocientos “whatsapps” con los resultados de las encuestas
“confidenciales” de GFK e IPSOS y, por supuesto, de retransmitirlos,
contribuyendo así a convertir la encuesta confidencial en un fenómeno
viral en las redes sociales.
- Según las encuestadoras estábamos frente a un empate técnico, así
como Perú y Haití al final del primer tiempo del partido del sábado. Ojalá
que la definición del domingo sea como la de Guerrero en Seattle y que el
Perú termine ganando el partido. Ojalá las heridas cicatricen rápido; ya Gregorio
Santos demostró que dividir a los simpatizantes de la posición que uno defiende
es una tremenda estupidez y el que Keiko y PPK se mantengan como
contrincantes después de las elecciones sería una estupidez aun mayor.
Ojalá, también, que muchas de las ofertas insensatas de la campaña queden
atrás, en el baúl de los “deslices” de campaña. Y ojalá que el perdedor
del domingo no se las exija al ganador, sino que lo ayude a esconderlas.
Muchos ojalás…
- Retomo la escritura del artículo el domingo en la mañana. Les
confieso que anoche no dormí bien, tuve por lo menos dos pesadillas. En la
primera, tras los resultados en que Keiko había ganado por una nariz (y
acordémonos que ella no tiene precisamente una nariz muy pronunciada), la
ganadora había llamado a PPK: –Aló, Pedro Pablo te saluda Keiko. Quería
pedirte tu colaboración para el tema de seguridad ciudadana… –Sra.
Fujimori, ya la saludé anoche. No insista más. Ahora estaremos en la
oposición. Gino Costa colaborará con mi amiga Vero en investigar la red de
corrupción del narco-fujimontesinismo… Sayonara Keiko y no me vuelva a
llamar en su perra vida!
- La segunda pesadilla estuvo parecida: PPK había ganado por un
pelo (y acordémonos que a él no le queda mucho). El ganador había llamado
a Keiko: –Hola Keiko, te saluda Pedro Pablo. Quería pedirte tu apoyo en el
Congreso para poder gobernar y bajar los impuestos –Mr. Kuczynski, ya lo
saludé anoche. No insista más. Ahora nos verá como una oposición
constructiva en el Congreso. ¡Cómo se le ocurre que vamos a apoyar a lo
que nos opusimos en la campaña! Creo que el que el que tiene los ojos
arrugados es usted… Good bye Mr. Kuczynski.
- Me desperté con taquicardia, pero el humor me cambió pronto.
Había amanecido soleado en la Molina, tomé desayuno con mi familia, cuyo
futuro no estaba en peligro en esta elección. Tras desayunar, me fui a
votar y estuve ahorrador: no usé tinta para emitir mi voto. Ahora, mientras
almuerzo y río con amigos esperando conocer los resultados, respiro
tranquilo porque estoy seguro que tanto Pedro Pablo Kucziynski como Keiko
Fujimori son peruanos responsables, muy distintos a los personajes de mis
pesadillas, quienes tras unos días de necesario descanso y reflexión, deberán
unir esfuerzos para poder definir una agenda común en la cual trabajar por
el progreso del Perú.

Jajaja "No me vuelva a llamar en su perra vida" jajajaj Dios, de todo el campo de batalla todavía recuerdo bien la frase!
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