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Puestos de trabajo y besos en el pan


  1. Durante las recientes fiestas patrias la mayor parte de nosotros gozamos de unos días de merecido descanso. Hay que agradecer que necesitemos descansar, pues refleja que trabajamos. En realidad, debemos estar agradecidos por tener trabajo y no solo debemos agradecer, sino preservar y fortalecer todo lo que ha permitido que millones de peruanos podamos trabajar y desarrollarnos, y hacer todo lo posible para que cada vez más compatriotas puedan gozar de un trabajo digno, productivo y bien remunerado.
  2. Dado que un trabajo productivo y bien remunerado es casi sinónimo de un trabajo formal, es muy positivo que en su primer discurso a la nación como presidente de la república, Pedro Pablo Kuczynski se haya comprometido a formalizar el país todo lo posible, duplicando los puestos de trabajo formal. Y aunque esta última meta es muy ambiciosa y tal vez sea difícil de alcanzar, fija un norte claro alrededor del cual debemos tratar de generar consensos. Para lograr esto será necesario sopesar diferentes opciones de política y trabajar juntos para alcanzar metas compartidas.
  3. Dada la necesidad de generar consensos y unir esfuerzos para alcanzar metas en beneficio del Perú, no puedo dejar de referirme a la relación de trabajo poco productiva que aparentemente se estaría estableciendo entre el Ejecutivo y la oposición. Hace dos meses –antes de conocer los resultados de la segunda vuelta– compartí con ustedes mis “pesadillas electorales” (Gestión, 07/06/2016), en las que bajo los dos resultados posibles, ambos candidatos quedaban enemistados y, a pesar de sus coincidencias programáticas, no  había visos de cooperación entre ellos. Sin embargo, concluí señalando “respiro tranquilo porque estoy seguro que tanto Pedro Pablo Kuczynski como Keiko Fujimori son peruanos responsables, muy distintos a los personajes de mis pesadillas, quienes tras unos días de necesario descanso y reflexión, deberán unir esfuerzos para poder definir una agenda común en la cual trabajar por el progreso del Perú”.
  4. Tal vez fui muy optimista en pensar que las heridas generadas en la campaña podrían cicatrizar prontamente, pero lo cierto es que no hemos visto ni de uno ni de otro lado los gestos que se requieren para poder asegurar la gobernabilidad del país. ¡No podemos seguir con enfrentamientos, la campaña ya terminó hace dos meses! Tampoco podemos seguir azuzando a la contraparte con declaraciones que muchas veces son sacadas de contexto por medios que solo buscan titulares para vender periódicos o aumentar el rating. ¡Paños fríos señores! ¡Sopesen lo que está en juego!
  5. Y dándole un giro a este memorándum, comparto con ustedes algo de mis fiestas patrias. Fui dos veces la Feria Internacional del Libro que estuvo de maravilla. Escuché a autoras como Laura Restrepo y Almudena Grandes y me compré sus últimas novelas. Ya leí la de Almudena, “Los besos en el pan”. Es una novela ex-tra-or-di-na-ria, ambientada en un barrio de Madrid en medio de la crisis económica. La autora transmite con genialidad y humor el factor común que afectaba –y aún afecta– a un gran número de españoles: la inseguridad económica y el miedo al paro. Mientras la leía, no podía sino comparar la crisis española con nuestra situación económica y agradecer con humildad por lo que tenemos. Ojalá nuestros políticos entiendan la enorme responsabilidad que tienen en generar consensos y asegurar una gobernabilidad que permita que los peruanos sigamos beneficiándonos de la inversión, el trabajo y el pan.

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