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El horroroso tráfico

  1. Hace siete años cuando regresé a Gestión a escribir Memorándum Económico escogí como primer tema de análisis el terrorífico tráfico de Lima y cómo éste se agravaba con las obras públicas, cuyo planeamiento y gestión no tomaban en cuenta las horas del público. ¿Cuánto tiempo perdemos los limeños de manera innecesaria por el tráfico y cuánto nos cuesta? Entonces enfaticé “de manera innecesaria”, pues si bien el tráfico es un mal casi inevitable de las grandes urbes, la parte innecesaria del tráfico es la causada por el deficiente planeamiento y pésima implementación de las obras públicas en Lima Metropolitana.


  1. Hoy, siete años después, el tráfico en la ciudad ha empeorado de manera notoria; muchos de nosotros perdemos más horas en el tráfico y el costo que esto implica es mucho mayor, pues el crecimiento económico y la mejora en nuestros ingresos ha elevado el costo de oportunidad promedio de los limeños. Y esto ocurre a pesar que en estos años entró en operación el Metropolitano y el tren eléctrico, dos importantes obras que han aliviado la tragedia del transporte de cientos de miles de limeños.


  1. ¡Mucho progreso económico pero pésima gestión de las obras públicas en la ciudad! Parece ser que a las diferentes instituciones públicas involucradas en este problema –municipalidades distritales, municipalidad metropolitana, ProInversión, MEF y MTC, entre otras– las horas del público le importan poco, casi nada, al momento de hacer el análisis costo-beneficio de los proyectos. Si una obra pública se ejecuta de madrugada y esto ahorra muchas horas al público, esto sencillamente no se toma en cuenta. ¿Cuántas obras públicas ha visto usted que se ejecuten de madrugada?


  1. El desdén por las horas del público es evidente. Cómo sino podemos entender que se anuncie  que “la falta de coordinación” ya ha causado que la construcción de la Línea 2 del Metro vaya a tomar “unos años más”. El cierre de la carretera central que se hizo hace más de un año ha generado una congestión monstruosa en el tráfico este-oeste de la ciudad, pero producto de la descoordinación el avance en la construcción de esta obra ha sido muy limitado. Hubiese sido mejor retrasar su inicio hasta que se pusiesen de acuerdo y hubiese alguien a cargo. Este mismo desdén es lo que debe explicar por qué Proinversión se ha tomado todo el tiempo del mundo en autorizar la compra de más vagones para el tren eléctrico o por qué las obras de las municipalidades distritales –incluso las que tienen más recursos como la de San Isidro– toman un tiempo inaudito.  


  1. Contabilizar explícitamente el costo de las horas del público en las obras públicas constituye un paso importante para mejorar la planificación y la gestión urbana. Pero no es suficiente. La coordinación entre las diferentes instituciones involucradas también resulta indispensable; los grandes proyectos tienen que tener un responsable por parte del Estado o de la ciudad. Los proyectos de envergadura deben tener gerentes de primer nivel de parte del Estado, gerentes que además rindan cuentas.

  1. Y no puedo terminar sin referirme a las mujeres y hombres policía que intervienen en el tráfico a horas punta de manera descoordinada y en contra de lo que dicen los semáforos. Este tipo de intervención es caótica y contribuye a empeorar el tráfico y la percepción que tenemos la mayoría sobre la calidad de nuestra policía. ¿Quién es el responsable de esto? ¿O es que no hay responsable?

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