- El mundo entero viene siguiendo con preocupación lo que haces con tu pueblo, Nicolás. Por donde uno va en estos días se encuentra con expresiones de solidaridad con el pueblo venezolano, al cual has sometido al hambre, al desempleo y a una creciente violencia, muchas veces promovida por tu gobierno. ¿O es que crees que el resto del mundo no se da cuenta de lo que haces, Nicolás?
- Con tus políticas, con tu irresponsabilidad y aparente falta de entendimiento empujaste y sigues empujando a cientos de miles de venezolanos a tener que dejar su país. Los has condenado a empezar de cero en otras tierras, pero muchos han empezado una nueva vida con esperanza y en paz. Pues paz y esperanza es lo que le has quitado a tu pueblo. ¿O es que no te das cuenta, Nicolás?
- En América Latina hemos acogido a los migrantes venezolanos como corresponde, con fraternidad y solidaridad. A diario vemos a ingenieros, abogados y muchos profesionales venezolanos vendiendo arepas o trabajando como meseros en restaurantes, mientras encuentran un empleo más acorde con sus capacidades. Ojalá lo encuentren pronto y contribuyan a generar más riqueza en los países que los han acogido con cariño. A diferencia tuya, Nicolás, nosotros no ahuyentamos al capital humano, lo acogemos, pues es la real fuente del bienestar. Este es el secreto, Nicolás, no el petróleo; ese petróleo que, además, despilfarraste como si fuese tuyo y no de todos los venezolanos.
- Las cifras del mayor despilfarro de la historia latinoamericana son las cifras de la insólitamente denominada "Revolución del Siglo XXI" en Venezuela. ¿De qué revolución hablas, Nicolás? Lo que vemos en Venezuela es involución, no revolución. Involución, retroceso, empobrecimiento, violencia, ¡hambre! Y es el hambre, Nicolás, el detonante de las revoluciones de verdad, no de la revolución ficticia y corrupta que representas. Y es justamente ese hambre el que te va a tumbar, Nicolás, no el ‘Imperio’.
- La mayoría de los venezolanos, no solo los de la oposición, la está pasando muy mal. Muchos tienen hambre, sufren la falta de medicinas, la falta de seguridad y la enorme violencia promovida por un gobierno que finalmente se ha tenido que quitar la careta, tu gobierno, Nicolás. Tu gobierno no es un gobierno democrático, es una dictadura; una dictadura corrupta que para perpetuarse en el poder reprime salvajemente a su pueblo. La Guardia Nacional y grupos paramilitares –los “colectivos chavistas” armados por tu gobierno– matan y amedrentan a venezolanos de bien, todos los días. Estás dando manotazos de ahogado, cada vez más desesperados, Nicolás. Desde afuera se ve con claridad; vemos cómo tu gobierno llega a su fin, cómo finalmente se ahoga. No le deseamos mal a nadie, por eso mismo deseamos que tu gobierno se acabe con el menor derramamiento de sangre, lo antes posible.
- El cerco se empieza a cerrar, Nicolás. Los saltos para adelante han terminado siendo saltos para atrás. Hace poco el Tribunal Supremo de Justicia trató de usurpar el poder que la Asamblea Nacional había recibido del electorado, pero tuviste que retroceder. Esta semana volviste a intentarlo, trataste de convocar a una Asamblea Constituyente. ¡Ya ni la Constitución de Chávez te sirve, Nicolás! Pero nuevamente vas a tener que retroceder. A los venezolanos no les queda más que seguir protestando en las calles y seguir demandando tu salida, la salida del último dictador de la región, el más bananero de todos. A nosotros nos corresponde apoyar todo movimiento que lleve a reinstarurar la democracia en Venezuela y a terminar con la crisis humanitaria a la que has sometido a tu pueblo. ¡Basta ya, Nicolás!
Fuente: Diario Gestión A mediados de mayo, el ahora renunciante directorio de Petroperú emitió un comunicado en el que dio cuenta de la situación crítica en que había encontrado a la empresa. En él se delinearon las tres opciones existentes frente a la crisis de la empresa. Tras calificar de irresponsable e inmoral solicitar mayor financiamiento del Estado para hacer más de lo mismo (la primera de las tres opciones), solo restaban dos alternativas razonables. La primera era llevar la empresa a su liquidación ordenada; la segunda, fortalecer financieramente a la empresa a la vez que se cambiaba de manera radical su gobernanza y gestión. Para esto resultaba indispensable traer prácticas privadas de gestión empresarial a Petroperú. El directorio presidido por el Sr. Stark recomendó la última de estas opciones y trabajó para que esta se pudiese materializar, pero no encontró eco en el gobierno. Este último parece inclinarse por la opción de “más de los mismo” y, peor aún, con “más de...
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