- Les confieso que hace un par de semanas, cuando caí en cuenta que mi última columna del año sería publicada el Día de los Inocentes, sonreí, pues imaginé algunas de las muchas cosas que podría escribir… Pero, ¡qué va!, hacer predicciones a dos semanas vista no es fácil en este país. En efecto, al Presidente de la República se le ocurrió adelantar cuatro días la celebración del Día de los Inocentes y el domingo pasado anunció, como quien saca un conejo de un sombrero, el indulto de Alberto Fujimori Fujimori (AFF).
- Al igual que Condorito, todo el país hizo: “Plop”. Atónitos, seguramente muchos pensaron: “¡El 24 celebramos la Noche Buena, no el Día de los Inocentes! ¡Comemos pavo, no yuca!” Pero, en fin, hay que adaptarse, aunque es bueno recordar que adaptación es diferente a aceptación. La ciudadanía y las diversas fuerzas políticas –incluyendo el Fujimorismo– tendrán que adaptarse a esta nueva realidad. Y también es previsible que muchos grupos no acepten el sinuoso y sorprendente comportamiento de PPK, autogenerador de ruido e incertidumbre.
- PPK debió buscar un acercamiento al Fujimorismo desde antes de iniciar su gobierno; era lo natural y razonable de hacer. Precisaba de su apoyo en el Congreso para gobernar y empujar las reformas que el país necesitaba y aún necesita. Si para hacer esto requería cambiar las condiciones carcelarias de AFF o, incluso, otorgarle el indulto, tenía la potestad constitucional para hacerlo y, de estimarlo un acto justo y conveniente para el país, lo debió haber hecho al comienzo de su gobierno. El indulto siempre será una medida controversial, pues implica revertir una decisión del Poder Judicial, pero por algo las constituciones de muchos países democráticos la incluyen como una facultad presidencial.
- El indulto a AFF hoy tendrá consecuencias muy diferentes a las que hubiese tenido en el segundo semestre de 2016; hoy no asegura mucho. Dudo que haya alguien que considere que el indulto de la Noche Buena fue el resultado de un análisis en torno a qué es lo que le convenía al país. En cualquier caso, la oportunidad del indulto genera muchas suspicacias. Muchos lo ven como el pago que PPK tuvo que hacer a Kenji por haber evitado que lo vaquen y, probablemente, terminar pasando una temporada en prisión.
- Así, el indulto habría sido un simple quid pro quo, tan burdo que muchos se sienten burlados. Bajo esta interpretación, PPK habría hecho uso de su potestad de indultar y otorgar la gracia presidencial para salvarse a sí mismo. ¿Se habrá salvado? Todavía no. Su gobierno ha quedado muy debilitado; al punto que cualquier ventarrón podría traérselo abajo. Y van a producirse mucho más que ventarrones de aquí al 2021. Aún si PPK fuese inocente de los delitos que se le imputan o que se le vayan a imputar en los meses por venir –y hay que presumir que lo es–, este no podrá terminar su gobierno si no llega a un acuerdo con el Fujimorismo. No entender esto es jugar a inocente en el Día de los Inocentes.
- Tras el indulto, el martes pasado, AFF se comprometió a “apoyar decididamente el llamado a la reconciliación” hecho por PPK. Si estos dos veteranos líderes logran ponerse de acuerdo, tal vez recuperemos la confianza en que veremos un progreso importante en lo que resta del presente gobierno y hasta podríamos crecer en más del 3.5% en el 2018. Y aunque este escenario suene a broma del Día de los Inocentes, estoy seguro que es el deseo de Año Nuevo que muchos peruanos abrigan en sus corazones.
El punto 6 es el que que muchos queremos que se propicie, esperamos sea posible!
ResponderEliminar