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¿Qué podemos esperar de este gobierno?


1.       El gobierno de PPK podría pasar a la historia no solo como breve, sino como uno en que se avanzó poco, casi nada, y consecuentemente en el que se perdieron grandes oportunidades. Últimamente, he escuchado a diversos analistas sostener con algo de ironía que pasamos de la “Gran Transformación” de Humala a la “Gran Decepción” de Kuczynski. Y, según ellos, es probable que en las elecciones del 2021 volvamos a jugar a la ruleta rusa, con el enorme peligro e incertidumbre que esto genera.

2.       Tal vez, la gran frustración con el gobierno de PPK refleje en gran parte el hecho que las expectativas que éste despertó eran infundadamente optimistas. A mi parecer, estas reflejaban más el wishful thinking de aquellos que se sentían ideológicamente cercanos al nuevo gobierno, que el análisis objetivo de las condiciones políticas en las que este nació y, sobre todo, la gran debilidad de nuestras instituciones políticas.

3.       Hoy, habiendo superado sin mayores sobresaltos la crisis causada por el súbito final del gobierno de PPK, las expectativas se vuelven a inflar. Tras la asunción de la presidencia del Ing. Vizcarra, el dólar bajó, la bolsa subió, el riesgo país disminuyó, las expectativas empresariales parecen haber mejorado y, según nos recuerda Alfredo Torres al comentar la última encuesta de Ipsos, el grado de “aprobación neta” del nuevo presidente (porcentaje de aprobación menos porcentaje de desaprobación) es casi el mismo que el que tuvo PPK en agosto de 2016 (44% y 45%, respectivamente). ¿Hay razones objetivas para ser optimistas? ¿O estamos pecando nuevamente de ilusos?

4.   Como señalamos en el memorándum anterior, un aspecto crucial para el éxito del gobierno de Vizcarra, será dejar atrás el enfrentamiento sin sentido que caracterizó la relación entre el poder ejecutivo y el legislativo durante los 20 meses de PPK. Para que esto sea así, es necesario definir una agenda concreta de políticas públicas sobre la cual trabajar de manera coordinada. Proponer y consensuar una agenda coherente en un periodo muy corto de tiempo es un reto enorme para el nuevo gabinete ministerial. Algunos colegas economistas han vuelto a plantear que es el momento de flexibilizar el mercado laboral y de avanzar con la reforma del Estado, entre muchas otras propuestas de nuestro wish list ideológico. Sin embargo, creo que más importante que volver a recitar el decálogo, resulta plantear políticas que sí se podrán ejecutar en el actual contexto político.

5.    Vizcarra y Villanueva son experimentados y exitosos líderes regionales, conocen de cerca las limitaciones de la burocracia estatal y la poca utilidad de algunas políticas, como las exoneraciones tributarias, por ejemplo. Ambos fueron reconocidos como gestores regionales eficientes y honestos, y también conocen de cerca la ineficiencia y corrupción que ha caracterizado a muchos otros gobiernos regionales. Probablemente, saben que este año –con las elecciones subnacionales ad portas– la inversión pública a cargo de las regiones y municipios no crecerá mucho en el segundo semestre y que la reconstrucción del norte seguirá siendo fuente de frustración. Sin duda, saben bien que a menos que introduzcan mejoras significativas al modelo de descentralización, las regiones tardarán mucho en salir adelante.

6.       Ojalá que en su próxima presentación al Congreso, el Gabinete Villanueva nos presente una agenda de reformas concreta y realista, focalizada en pocos temas, en la que se priorice el uso adecuado de los escasos recursos del Estado, en beneficio de todos los peruanos, sobre todo de aquellos que viven fuera de Lima, donde las necesidades son mucho mayores y la presencia del Estado menor. 

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