- A media semana, mientras manejaba y sorteaba el denso tráfico matinal, la voz de Nicolás Maduro irrumpió repentinamente en la estación de radio que venía escuchando. “Hans offst Venezuela, de inmediati”, gritaba Nicolás, y tras reproducirlo fuerte dos veces, el disk-jockey prosiguió con rock del bueno. No puedo negar que el inglés estrámbotico de Maduro me hizo sonreír, pero también pensar. En una conferencia de prensa, el tirano, desesperado, pedía al presidente Trump y a otros gobernantes que mantuviesen sus manos fuera de Venezuela.
- A los latinoamericanos nos resulta difícil aceptar una intervención en un país de la región. También es cierto que a muchos creyentes en la libertad y la democracia, les cuesta aceptar que forzar la salida de Maduro es un imperativo moral. Su régimen ha devenido en una narco-dictadura, extremadamente corrupta e inepta, que ha causado una crisis humanitaria y una diáspora sin precedentes en América Latina. Afirmar que Maduro solo saldrá por las armas no es especulación, el dictador venezolano lo ha anunciado: “lo que no se pudo con los votos, lo haríamos con las armas”.
- Maduro y la dirigencia chavista no creen en la democracia, nunca lo hicieron. Chávez, Maduro, Cabello y los que los acompañaron, usaron la democracia para asirse del poder, lucrar a costa del sufrimiento de millones de venezolanos y de la destrucción de su economía. La pregunta relevante es: ¿Cómo hacemos para defender a la democracia de un tirano que se aferra al poder con las armas? ¿Acaso volviendo, una vez más, a la mesa de diálogo?
- Algunos renombrados personajes responden a esta última interrogante con un categórico “sí”, incluyendo al Papa Francisco, el economista Jeffrey Sachs y el legendario rockero Roger Waters. Creo que todos ellos, hombres bien intencionados, pero mal informados, opinan en base a ideas preconcebidas y no tras analizar fríamente lo que ocurre en Venezuela. Hace poco, Sachs propuso un gobierno de transición en el que deberían cogobernar Maduro y la oposición. Haciendo un símil con la Polonia de hace 30 años, el economista considera que una salida de este tipo ayudaría a evitar un innecesario derramamiento de sangre. Por su parte, el Papa –quien ya fue utilizado por el régimen de Maduro para calmar a la oposición– se ha ofrecido como mediador “si las dos partes se lo piden”; sin embargo, hasta su Cardenal en Caracas señaló que esto era inviable. Finalmente, Waters sostuvo que Venezuela goza de una democracia real y que hay que dejar solos a los venezolanos. ¡No a la intervención extranjera!
- Y entonces ¿por qué no hablan de la presencia de Cuba y de las redes del narcotráfico internacional en Venezuela? La dictadura de Maduro no se sostendría sin el apoyo del G2 cubano y la del castro-comunismo en Cuba probablemente tampoco habría subsistido sin el petróleo venezolano. En este contexto, es necesario traducir el “hans offst Venezuela” al cubano: “¡sal de allí, chico!”.
- De lo que se trata es de recuperar la democracia y la libertad. Maduro es un tirano incompetente, quien eventualmente tendrá que responder por un sinnúmero de crímenes. Prolongar su estadía en el poder no tiene razón de ser, solo se traducirá en más hambre y más muerte. Dejar a los venezolanos solos (“hands off Venezuela”) no es una posibilidad real, pues en ese país ya hay más de 20,000 cubanos que sostienen a una narcodictadura.
- Y, mientras tanto aquí, los populistas de ultra izquierda callan y prefieren mirar a otra parte. ¡Qué vergüenza! Están demostrando ser tan antidemocráticos como el régimen venezolano al cual defienden.
Fuente: Diario Gestión A mediados de mayo, el ahora renunciante directorio de Petroperú emitió un comunicado en el que dio cuenta de la situación crítica en que había encontrado a la empresa. En él se delinearon las tres opciones existentes frente a la crisis de la empresa. Tras calificar de irresponsable e inmoral solicitar mayor financiamiento del Estado para hacer más de lo mismo (la primera de las tres opciones), solo restaban dos alternativas razonables. La primera era llevar la empresa a su liquidación ordenada; la segunda, fortalecer financieramente a la empresa a la vez que se cambiaba de manera radical su gobernanza y gestión. Para esto resultaba indispensable traer prácticas privadas de gestión empresarial a Petroperú. El directorio presidido por el Sr. Stark recomendó la última de estas opciones y trabajó para que esta se pudiese materializar, pero no encontró eco en el gobierno. Este último parece inclinarse por la opción de “más de los mismo” y, peor aún, con “más de...
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