Ir al contenido principal

¿Buscando al Chapulín Colorado?


La imagen puede estar sujeta a derechos de autor

  1. “¿Y ahora quién podrá defendernos?...” fue la pregunta que parecen haberse hecho muchos peruanos tras el discurso de 28 de julio del Presidente Martín Vizcarra. Su anuncio de adelantar las elecciones generales en un año nos agarró de sorpresa a la mayoría de nosotros. La verdad es que esta opción no estaba en el radar, por lo menos no en el mío. Y ahora no queda más que replantearnos los escenarios, adecuar los planes y seguir trabajando. 
  2. Como el anuncio no fue anticipado, causó sorpresa e, incluso, generó una sensación inicial de mayor incertidumbre. Sin embargo, tras digerir la noticia y pensarlo con tranquilidad, cabe preguntarnos si esta decisión realmente traerá consecuencias negativas para la economía o para nuestras instituciones políticas. La respuesta que le demos a esta interrogante depende de contra qué comparemos la situación que debemos enfrentar ahora. ¿Cuál era el escenario base contra el que debemos hacer nuestro análisis?
  3. El escenario base, del cual ahora nos podríamos alejar debido al anuncio presidencial, era bastante mediocre y frustrante. En efecto, en materia económica, podíamos esperar dos años más de limitado progreso en la implementación de reformas estructurales y sectoriales coherentes con la dinamización de la inversión privada. Aunque podíamos estar seguros del compromiso con la responsabilidad fiscal y con que los pilares del modelo económico no serían socavados. En materia de instituciones políticas, el escenario base era mucho más desolador: dos años más de confrontación fraticida entre el Congreso y el Ejecutivo, bloqueo de las reformas institucionales propuestas por una comisión de expertos independientes y blindaje a personajes impresentables del quehacer político nacional. 
  4. No creo que el escenario que probablemente nos toque vivir en los siguientes doce meses difiera mucho del que hubiéramos vivido en el escenario base, pero tiene la ventaja de durar la mitad. Si lo que nos preocupa es la inversión y la acumulación sostenida de capital en el país, es mejor dejar atrás, antes que después, esta etapa de progreso limitado en materia de reforma económica e institucional. 
  5. ¿Haber llegado a este punto era inevitable? No lo creo, refleja la incapacidad de las partes involucradas de comunicarse y ponerse de acuerdo. No se logró generar consensos mínimos, tal vez no se tuvo los mejores operadores al frente para buscar un acuerdo o, tal vez, nunca hubo una genuina intención de llegar a un acuerdo político. El costo de esto lo estamos pagando hace ya bastante tiempo.
  6. Como ya se indicó, el nuevo escenario nos obliga a cambiar los planes y a adecuarnos a un nuevo entorno. En Petroperú, la empresa más grande del país que viene implementando el proyecto de inversión pública más importante de la actualidad, tenemos que repensar la estrategia aprobada, pues el diseño inicialmente acordado será difícil de implementar. Lo que nos toca es analizar, ser creativos, rediseñar y buscar los consensos que necesitamos para poder hacer lo que el Perú requiere que hagamos. Por más frustrante que sea, no podemos rendirnos en la lucha por la transparencia y la eficiencia. Eso sí, demandaremos el apoyo necesario para fortalecer la empresa y salir adelante en este nuevo entorno.
  7. Y regresando a la pregunta del inicio, “¿y ahora quién podrá defendernos?”, solo podemos tener claro que no será el Chapulín Colorado, sino nosotros mismos, después de un análisis frío de nuestra situación actual y comportamiento pasado. No solo repitamos que el Perú es mucho más grande que sus problemas, ¡demostrémoslo!

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"Petroperú: crónica de un desastre esperado"

  Fuente: Diario Gestión A mediados de mayo, el ahora renunciante directorio de Petroperú emitió un comunicado en el que dio cuenta de la situación crítica en que había encontrado a la empresa. En él se delinearon las tres opciones existentes frente a la crisis de la empresa. Tras calificar de irresponsable e inmoral solicitar mayor financiamiento del Estado para hacer más de lo mismo (la primera de las tres opciones), solo restaban dos alternativas razonables. La primera era llevar la empresa a su liquidación ordenada; la segunda, fortalecer financieramente a la empresa a la vez que se cambiaba de manera radical su gobernanza y gestión. Para esto resultaba indispensable traer prácticas privadas de gestión empresarial a Petroperú. El directorio presidido por el Sr. Stark recomendó la última de estas opciones y trabajó para que esta se pudiese materializar, pero no encontró eco en el gobierno. Este último parece inclinarse por la opción de “más de los mismo” y, peor aún, con “más de...

"Petroperú: una verdad incómoda"

  Fuente: Diario Gestión Petroperú está a la deriva hace mucho tiempo. Lo sucedido el año pasado es un capítulo más en el costoso declive institucional de la empresa estatal. En febrero, el ministro de energía y minas (Oscar Vera, entonces funcionario con licencia de Petroperú muy cercano a su dirigencia sindical) y el presidente del directorio fueron removidos. En marzo, el gobierno nombró a un nuevo directorio. A los pocos meses, ante la crítica situación de la empresa, el directorio Stark planteó al gobierno cambiar la gobernanza y gestión de Petroperú con la participación y apoyo de una empresa reestructuradora de talla internacional, además de fortalecerla financieramente con nuevos aportes de capital. El directorio Stark se vio forzado a renunciar y, con una empresa descabezada, el gobierno publicó un D.U. para realizar nuevos aportes de capital y préstamos por un monto total cercano a los S/ 10,000 millones. A pesar de que la norma hacía referencia explícita a que debía cont...

El modelo: ¿funciona o no? ¡Ojo con la narrativa!

  Fuente: Diario Gestión – El modelo no solo no funciona, sino que es injusto. ¡Cambiemos la Constitución!  – ¡Tonterías! Con este modelo millones de peruanos salieron de la pobreza, como nunca antes en nuestra historia. Hace dos años, cuando caminaba por la Av. Real en Huancayo, después de presentar mi libro “Resilientes, pero no indolentes” en la Feria del Libro de esa ciudad, llegué a una esquina en que una señora de la región estaba sentada en la acera vendiendo sus tubérculos. Encima de ella, leí una pinta en la pared que decía “¡Cambio de Constitución!” y al voltear hacia el jirón Piura leí otra pinta “¡Paro ya!”. Las imágenes me impactaron –les tomé fotos–, pues en el libro que acababa de presentar explicaba por qué un cambio del capítulo económico de la Constitución no beneficiaría a la mayoría de peruanos.  Desde entonces he participado en una serie de foros donde se ha tratado el tema. En varias de estas ocasiones me sentí asistiendo a un diálogo de sordos o...