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¿Es Loreto parte del Perú?

 

Fuente: Diario Gestión

1.      Hace menos de dos semanas, se registró un nefasto incidente en Loreto, en la comunidad de Bretaña, provincia de Requena. Un grupo de nativos y colonos, azuzados por supuestos asesores indígenas ajenos a esta provincia, trataron de tomar las instalaciones de la empresa operadora del Lote 95 –actualmente el de mayor producción petrolera en la región–. Era la puesta en escena de la crónica de un delito anunciado, pues los dirigentes de la protesta lo habían advertido con antelación. A diferencia de lo sucedido con la Estación 5 del Oleoducto Norperuano (ONP) una semana antes, los manifestantes no pudieron tomar libremente las instalaciones del Lote 95, pues los esperaban miembros de la policía nacional y de la fiscalía.

2.      Lo ocurrido la noche del 8 de agosto quedó grabado gráficamente para la posteridad. En el video que circuló en los medios de comunicación y en las redes sociales, se observa cómo un supuesto líder nativo (que después se comprobó que no lo era) precipita el ataque sobre los funcionarios de la empresa y sobre el destacamento policial. En el medio de la noche, en el medio de la selva, infringiendo la ley y la propiedad, esta turba se abalanzó con lanzas sobre los trabajadores y los policías armados, mientras que otros les disparaban perdigones. ¿Qué consiguieron? Lo que buscaban: sangre de tres nativos muertos y más de diez heridos, incluyendo policías que fueron sorprendidos por el ataque.

3.      ¿Quién es responsable? ¿O es que no los hay? Desgraciadamente, en la Amazonía peruana, las protestas por la ausencia del Estado en este vasto territorio, han tomado la forma de ataques a la industria petrolera y al ONP. Los daños ecológicos y monetarios causados a lo largo de los años han sido enormes. La mayoría de los derrames del oleoducto fueron causados por actos de sabotaje. Pero, con un Estado ausente y sin instituciones públicas que identifiquen ni persigan a los culpables, en nuestra Amazonía la ley no prevalece.

4.      El año pasado, cuando estuve al frente de Petroperú, tratamos de promover el imperio de la ley y el orden firmando acuerdos de colaboración interinstitucional con el Ministerio Público y con el Ministerio del Interior. También articulamos esfuerzos para que esta población, olvidada a lo largo de nuestra historia, empezase a acceder a servicios públicos básicos. Promovimos el diálogo e, incluso me reuní con algunos de los que promovieron los desmanes de las últimas dos semanas. La tarea no es fácil, los retos son multidimensionales, pero no debemos cesar en el esfuerzo de promover el desarrollo de nuestro país en un marco de paz social y respeto por la naturaleza.

5.      Es importante tomar consciencia de que los recientes eventos de la Estación 5 y del Lote 95 no son hechos aislados. Se trata de nuevos ataques a la industria petrolera, dentro de una secuencia sistemática de actos contra esta importante fuente de ingresos para Loreto. Esta región es muy rica en recursos naturales, pero muchos de sus pobladores son pobres o, incluso, indigentes. Es lógico que esta población demande más atención del Estado, pero debe hacerlo dentro del marco de la ley. Lo que no es razonable es que aquellos que dicen velar por los derechos de los nativos promuevan actos que ponen en peligro la vida de estos últimos o que generan más pobreza en la región.

6.   Para romper con este ciclo, necesitamos fomentar el diálogo y actuar con firmeza, racionalidad y compromiso social, pero siempre dentro de los márgenes que imponen orden y la paz que demanda el Perú. El Estado, aunque muchas veces esté en falta, no puede renunciar al principio de autoridad. Loreto sí es parte del Perú, actuemos consecuentemente.

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