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Mostrando entradas de marzo, 2018

¡No lo vamos a extrañar!

1.        Hoy, nuevamente, apenas tres meses después del primer intento de vacar a PPK, el país entero se podría paralizar para seguir de cerca la sesión en el congreso tras la renuncia presidencial precipitada por los “kenji videos”. Sin embargo, me inclino a pensar que varios millones de peruanos se dedicarán a realizar sus quehaceres diarios con toda normalidad y que se enterarán por la radio o por la televisión, tal vez en la noche, de lo que sucedió en el congreso. Creo no equivocarme al afirmar que a la mayoría de ciudadanos ya nos cansó todo esto. Estamos hartos de las mentiras, de la corrupción y de los políticos. 2.        Si esto es todo lo que nos tiene que mostrar la democracia, muchos dudarán de que esta es, en efecto, el mejor sistema que tenemos para gobernarnos a nosotros mismos. Nuestros políticos nos están llevando al borde del abismo, a que en el 2021 –o antes– un electorado frustrado e indignado se incline por alguna opción política radical. Aquellos

Políticos, empresarios y el Gran Bonetón

1.        Las reacciones frente a las declaraciones de Jorge Barata ante los fiscales peruanos sobre las “donaciones” que habría hecho la empresa Odebrecht a las campañas de los diferentes partidos políticos me hicieron acordar al juego del “Gran Bonetón”. Este era un juego particularmente estúpido que jugábamos de chicos (los de mi generación y las de antes, por supuesto, pues difícilmente lo habría hecho un millennial ). En el juego, cada uno se identificaba por el color de su bonete imaginario, y alguien acusaba, digamos al del bonete verde, y más o menos este es el diálogo que se desarrollaba (empezando por el acusado): – ¿Yo, señor? – Sí, señor. –¡No, señor! – Entonces, ¿quién habrá sido? – El del bonete rojo. Ante lo cual, el del bonete rojo contestaba: – ¿Yo, señor? – Sí, señor. –¡No, señor! – Entonces, ¿quién habrá sido? Y, así, ad eternum , hasta que alguien se equivocaba. 2.        E l juego consistía en no olvidarse de quién era quien y en negar hasta la muerte. Ha