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Mostrando entradas de mayo, 2020

Cifras peligrosas

1.    Dos amigos de la infancia se reúnen por Zoom, después de casi tres meses de permanecer confinados en sus casas… Juan Pablo (JP): Hola Clau, ¿qué tal la cuarentena o, mejor dicho, la noventena? Claudia (C): Hola Juanpa. Dentro de todo, bien. El encierro me molesta, pero estoy agradecido ya que mi familia y yo estamos sanos. ¿Tú, qué tal? JP: ¿Yo? Hasta las patas. Necesito que esto termine ¡ya! No lo soporto. Y el bolsillo ajustado tampoco ayuda. C: Pucha, qué pena Juanpa. Pero, ten la seguridad que ya falta poco. Lo importante es que tú y tu hijo están bien, sanos. Trata de enfocarte en el lado positivo. JP: ¡En qué lado positivo me voy a enfocar! Solo espero lo peor y siento que no hay salida. Hay demasiado desorden y pareciera que nos mienten. Cada vez más contagios, más muertos y más incertidumbre… 2.     Probablemente, todos nosotros tenemos algo de Claudia y algo de Juan Pablo. Por un lado, frente al terror de la muerte, nos sentimos agradecidos por estar vivo

¿Estamos siendo lo suficientemente Keynesianos?

1.     Uno de los importantes efectos de la crisis financiera del 2008-09 fue la revaloración de políticas keynesianas –orientadas a manejar el gasto agregado– cuando todo lo demás falla. En efecto, tras cerca de tres décadas de haber estado fuera de moda, aquella crisis revivió el enfoque del lado de la demanda y el rol del Estado en la estabilización de la economía. La famosa frase "todos somos keynesianos ahora", popularizada en la década de los sesenta, volvió a ser relevante. 2.   Las políticas que marcaron el “resurgimiento keynesiano" incluyeron importantes estímulos fiscales y monetarios en las economías desarrolladas. En Estados Unidos, con una oportuna y masiva intervención del Estado, se evitó una crisis económica mayúscula, que algunos anticipaban podría ser similar a la Gran Depresión. Aunque pueda parecer paradójico, esta fuerte intervención tuvo un costo fiscal menor que el de intervenciones aparentemente menores frente a crisis anteriores. ¿Por qué