Fuente: Diario Gestión Hace algunos años, un gran amigo sufrió un “secuestro express”. Saliendo de una panadería un sábado por la mañana, fue interceptado y forzado a entrar a una camioneta. En las siguientes horas, personal especializado negoció con los secuestradores el monto del rescate y la familia se movió rápidamente para reunirlo. Fue liberado a las pocas horas. Roberto, el amigo en cuestión, se pegó un gran susto; nunca regresó a la panadería y cambió sus hábitos a fin de evitar un nuevo secuestro. Fin de historia. Pasemos ahora a otra historia: el secuestro ficticio del MEF perpetrado por Petroperú y los rescates reales que venimos pagando todos los peruanos. En repetidas ocasiones, hemos escuchado de parte de autoridades, autodenominados especialistas y voceros de diferentes grupos de interés que “Petroperú no puede caer”. Supuestamente, se trata de una empresa estratégica, que ofrece combustibles más baratos y asegura el abastecimiento en zonas donde los privados...
Carlos E. Paredes PhD // Gestión