- El fin de semana pasado se terminaron de publicar los más de 100 decretos legislativos que el Poder Ejecutivo aprobó haciendo uso de las facultades legislativas que le concedió el Congreso. La tarea normativa desplegada por el gobierno ha sido bastante ambiciosa. Hace mucho tiempo, más de 25 años, que no se registraba en un periodo tan corto de tiempo un esfuerzo normativo tan grande como el que se acaba de producir en el país.
- En efecto, el antecedente más próximo y relevante de este “PPKzo normativo” es el paquetazo de reformas que se aprobó al comienzo del gobierno de Alberto Fujimori. En aquella oportunidad se aprobó gran parte de las reformas estructurales que redefinieron el modelo económico del país, y que sentaron las bases para el orden macroeconómico y el crecimiento sostenido que ha permitido sacar a millones de peruanos de la pobreza.
- Sin duda, la magnitud de las reformas de aquel entonces fue mucho mayor –tenía necesariamente que serlo– y, consiguientemente, su efecto mediático también fue más impactante. En contraposición al paquetazo de comienzos de los noventa, el PPKzo de fines del 2016 no apunta a cambiar el modelo –sería absurdo–, sino a perfeccionar una serie de aspectos del mismo que están haciendo que éste no reditúe todos los frutos que podría dar. Tal vez por la naturaleza menos dramática de las normas recientemente aprobadas y por el hecho que estas fueron publicándose poco a poco y no en paquete, es que el PPKzo ha pasado relativamente desapercibido.
- Esto último refleja un lamentable error de comunicación que el gobierno ha reconocido y que debe enmendar. El PPKzo incluye reformas que –si son bien reglamentadas y, sobre todo, bien implementadas– pueden potenciar el crecimiento económico del país. Ahora resulta necesario transmitir y explicar, con el debido cuidado de las formas, los cambios que se han introducido, su racionalidad y los efectos esperados. Si esto se hace bien, se reactivarían las alicaídas expectativas de muchos agentes económicos que esperaban cambios muy rápidos en los primeros meses del nuevo gobierno, contribuyendo de manera más efectiva a mejorar el clima de inversión en el país.
- ¿Marcará el PPKzo un antes y un después? Depende de cómo se reglamente e implemente y, también, de cómo éste sea percibido por el público. Es indispensable que en los próximos días y semanas las autoridades gubernamentales nos expliquen con claridad qué es lo que podemos esperar y qué es lo que debemos exigir. Para este fin, sería muy útil definir cronogramas y metas concretas para la implementación del paquete normativo aprobado.
- Sin duda, algunas de las reformas publicadas pueden tener un impacto significativo en dinamizar la inversión y, por lo tanto, en el crecimiento económico peruano. Para maximizar su probabilidad de éxito se requiere que estas sean comprendidas a cabalidad por sus potenciales beneficiarios. El proceso necesita de aliados lo promuevan y exijan su rápida implementación, aliados que ayuden a combatir a los que defienden el status quo, que están entre los que contribuyeron a la desaceleración de la economía.
- Pero también debemos ser claros en señalar que la necesidad de reformas no se agota en este PPKzo, hay muchas que ni siquiera fueron consideradas (p.e., reforma laboral). Y aunque la luna de miel ya terminó, el gobierno recién empieza. Tiene dos años por delante para poder introducir otras normas importantes. Ojalá así lo entienda y haga uso de las formas requeridas para su exitosa consecución.
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