1. En los meses de mayo y junio, las cifras de crecimiento de la economía mostraron un rebote importante. Tras tres meses de crecer por debajo del 1% con respecto al mismo mes del 2016, en mayo y junio el crecimiento se situó alrededor del 3.5%-3.6%. Esta tasa se encuentra muy por encima de la del primer semestre, lo cual es bueno; pero también es mayor a la que alcanzaremos en el 2017, lo cual no es tan bueno.
2.  Cabe resaltar que el crecimiento de los últimos dos meses es cercano a lo que el BCR reporta como expectativa del sector privado (medida en junio) de crecimiento económico para el 2018 (3.7%). Esto es revelador y apunta a nuestra nueva realidad: perdimos dinamismo y, ahora, el crecimiento potencial se sitúa por debajo del 4%. Y aunque algunos nos revelamos frente a esta afirmación, la verdad es que la progresiva caída de la inversión –cayó en 4 puntos en los últimos 3 años– y la ausencia de reformas que dinamicen las fuerzas productivas del país, habrían reducido el crecimiento potencial de nuestra economía.3. ¿Cuánto creceremos este año? La producción, medida por el PBI, probablemente crezca cerca del 2.5%; pero la demanda interna aumentará aún menos, y –en el corto plazo– esto afecta más a los bolsillos de los peruanos que el crecimiento del PBI. Ello porque en una economía tan pequeña como la nuestra, el PBI se incrementa con la entrada en operación de una gran mina o con una mayor captura de anchoveta, pero esto no afecta directamente los ingresos de la mayoría como sí lo hace un aumento de la demanda. En este contexto, no es sorprendente que el presidente Kuczynski haya señalado que el no haber logrado reactivar la economía constituya “su mayor fracaso”.
4. Al respecto, es importante enfatizar que el gobierno debe preocuparse más de la velocidad a la que crezca nuestra economía al final de su periodo que de la tasa que alcancemos este año o el siguiente. El legado de PPK, en el plano económico, no será cuánto creció la economía en sus primeros dos años de gobierno, sino si sentó o no las bases para un crecimiento dinámico en el futuro. En unos años miraremos atrás y evaluaremos la actual gestión económica en función de si logró reactivar la inversión, si generó consensos para reducir la percepción de incertidumbre que espanta a los inversionistas y que, a la larga, empobrece a los más pobres y empodera a los más radicales.
5. ¿Puede lo económico andar por una vía diferente que lo político en los siguientes años? No creo. El que se logre concretar dos o tres megaproyectos es sin duda importante y se traducirá en mayor crecimiento del PBI en el corto plazo, pero no será suficiente para crecer de manera sostenida por encima del 5% al año. Para esto necesitamos generar consensos mínimos en torno a las reformas que se deben implementar desde ya, a cómo enfrentar a grupos radicales que tanto daño nos han hecho en el pasado y que lo siguen haciendo hoy en día.
6. Si PPK no logra un entendimiento real con la oposición afín al modelo económico que tanto ha redituado a la mayoría de peruanos, no podrá realizar reformas ni gobernar adecuadamente el país. Lo acabamos de ver en el caso del magisterio. En este escenario, la reactivación probablemente se limite a un mero rebote estadístico y pasará desapercibida en el largo plazo. Reactivación no es rebote, requiere incrementar de manera sostenida la tasa de inversión en por lo menos tres puntos del PBI. Ese es el reto, lo demás es estadística, y para alcanzar ese objetivo se requiere de consensos y de orden.
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