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Brotes verdes en la economía


  1. A comienzos de semana me tocó participar, junto con otros tres economistas, en un debate sobre la economía organizado por la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico. A pesar de las diferencias en nuestros puntos de vista, los cuatro coincidimos en que las buenas noticias económicas que se vienen registrando –los denominados “brotes verdes”– no permiten anticipar que alcanzaremos un crecimiento económico dinámico en los próximos años. 
  2. A todos nos gustaría que estos brotes verdes fuesen producto de la germinación de las semillas del crecimiento sostenido. Sin embargo, cabría preguntarse: ¿Cuándo plantamos esas semillas? ¿Acaso nuestros dos últimos jardineros-presidentes, Humala y Kuczynski, plantaron y cuidaron las semillas adecuadas?... Pero esta línea de argumentación puede no ser del todo válida. Quienes plantan las semillas del crecimiento son los millones de jardineros privados que permanentemente siembran, cuidan y expanden sus jardines. Desde esta perspectiva, lo que se requiere de los jardineros públicos es que enfrenten la maleza de trabas que entorpece el trabajo de los jardineros privados. Entonces, la pregunta es: ¿acaso se ha avanzado en limpiar esta maleza?
  3.  “Desde el jardín” es un extraordinario film de 1979, protagonizado por Peter Sellers, que nos muestra con gran humor cómo un jardinero llega a las esferas más altas del poder y es admirado por muchos por la sensatez y profundidad de sus reflexiones y consejos. Las reflexiones del Chauncey Gardiner –el sencillo jardinero de la película, que es confundido por un hombre de gran educación y alcurnia– transmiten mensajes profundos, que no dejan de ser aseveraciones simples y evidentes, y que si fuesen dichas por un jardinero sudoroso y mal vestido, no serían siquiera escuchadas. 
  4. A muchos economistas y políticos no nos vendría mal una dosis de humildad y aprender a escuchar a los muchos jardineros que nos rodean. Sería extraordinario rescatar la sabiduría que surge de observar con humildad y sin anteojeras ideológicas los fenómenos económicos que se repiten una y otra vez. Tal vez aprenderíamos, como el jardinero de la película, que tras el invierno siempre viene la primavera y que no hay nada de extraordinario en esto, ni en los brotes que la acompañan. Nos sería fácil comprender que primero es necesario preparar la tierra y sembrar las semillas, para que luego estas germinen y que sus brotes se conviertan en los vegetales que necesitamos cosechar.  
  5. El jardín de la economía peruana necesita mucho trabajo. No es razonable esperar grandes resultados si es que primero no preparamos y abonamos el terreno. Sin grandes reformas en materia institucional no avanzaremos mucho y no nos quedará más que “prenderle velitas” a la economía internacional y a los precios de los commodities. Pensar que una economía de mercado puede florecer y rendir frutos sin instituciones fuertes refleja desconocimiento del papel  que debe cumplir el Estado para que esta funcione con eficiencia. Sin reforma del Estado, sin un cambio profundo en la estructura de incentivos que condiciona el accionar de la burocracia, no avanzaremos mucho y seguiremos quejándonos de la “maleza” por muchos años más.
  6. Este gobierno y el gabinete Aráoz tienen la oportunidad de encarar las reformas en materia política, judicial, laboral y, sobre todo, del Estado que tanto necesita nuestro jardín. Para esto primero hay que generar consensos, para lo cual se necesita conversar y respetar a la contraparte. “Así de simple y así de difícil” nos diría el jardinero. 


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