Ir al contenido principal

Pasados tormentosos




1. Albert Einstein dijo que el mundo está en mayor peligro por quienes toleran o alientan el mal que por quienes realmente lo cometen. Bajo este criterio, la corrupción, el crimen organizado, el fraude, el tráfico de influencias, la violencia, entre otros, son actos igual de nocivos para la sociedad que el encubrimiento de los mismos. La tolerancia del mal, la inacción e, incluso, el encubrimiento institucional, parecen haberse convertido en una conducta que compromete a muchas de nuestras instituciones. 

2. La mayor parte de las veces no es fácil confrontar a los responsables de estos actos ilegales y/o inmorales dentro de las instituciones de las que formamos parte, ya sea por miedo, por presión de grupo o por muchos otros motivos. Es más difícil aún admitir públicamente que nuestras instituciones, en las que creemos y/o que queremos, han sido cómplices colectivamente, y por muchos años, de estos actos. 

3. No obstante, el futuro no se construye tapando errores, sino, más bien, identificándolos públicamente, poniéndoles un reflector, haciendo un mea culpa y sancionando a los responsables, para que estos errores no se repitan. ¿De qué sirve la historia si no es para enseñarnos lecciones? Una de las lecciones que deberíamos extraer de lo que hemos presenciado en el Perú en estas últimas semanas, es que ejercer nuestros derechos electorales amerita un mayor nivel de meditación y responsabilidad del que hemos hecho gala en el pasado. El destape de las ramificaciones del caso Odebrecht debería enseñarnos que la transparencia en nuestras instituciones es indispensable y que la lucha anticorrupción es una tarea que nunca acaba. 

4. Sin embargo, no podemos caer en la actitud facilista e irresponsable de pensar que todo es un desastre y que necesitamos derrumbar las instituciones existentes para construir un nuevo orden solo por los errores de algunos o muchos de sus líderes. Recordemos que hace 25 años Abimael Guzmán decía: “Es tiempo de gran ruptura. Romperemos todo aquello que nos liga al viejo y podrido orden para destruirlo cabal y completamente (…) y de lo viejo nacerá lo nuevo y al final como límpida ave fénix, glorioso, nacerá el comunismo para siempre.” 

5. “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. Entender este pasaje bíblico que muchos de nosotros hemos escuchado o leído requiere de mucha reflexión. Es importante analizar sus implicancias para diferentes esferas de nuestras vidas. Por ejemplo, durante los últimos años, la Iglesia Católica ha sido públicamente acusada por encubrir actos de hostigamiento y abuso sexual de parte de algunos de sus representantes. Y aunque hasta el día de hoy, las reparaciones a aquellos cuya integridad fue dañada han sido mínimas, vemos que esta institución está, poco a poco, reconociendo y reparando sus errores. 

6. Lo mismo es cierto para muchas otras instituciones que “han pecado”: instituciones empresariales, gremiales y políticas. Algunas de ellas están tratando de corregir y reparar sus errores, pero para la mayoría de los ciudadanos, el progreso es muy lento, tan lento que parece no existir y eso enardece. Como nos señaló hace poco un alto prelado de la iglesia, “el pasado de nuestras instituciones nos condena; sin duda, tendremos que trabajar mucho para romper la barrera creada por la desconfianza que generamos con nuestros actos”. 

7. Pero al final, hay que saber separar la paja del trigo. Necesitamos reconstruir y fortalecer nuestras instituciones, en base a transparencia, y no destruirlas, debido a la frustración. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué perdemos tantos arbitrajes?

Fuente: Diario Gestión Los hechos demuestran que los funcionarios públicos ganan poco al tomar decisiones, pero pueden perder mucho cuando toman riesgos y deciden sobre un tema controversial. La consecuente inacción –explicada por “el pánico a firmar”– trae pocas consecuencias personales para los burócratas, pero termina siendo extremadamente perjudicial para la sociedad. El que no se tomen decisiones o que estas demoren una eternidad perjudica la provisión de bienes y servicios públicos y traba el funcionamiento del sector productivo.  En esta ocasión, nos concentraremos en la relación entre el pánico a firmar y los arbitrajes del sector público. También nos referiremos a las decisiones insensatas de algunos políticos y los consecuentes arbitrajes que ocasionan. En ambos casos, los peruanos perdemos mucho.  La renuencia a tomar decisiones y enfrentar enormes riesgos personales, ha llevado desde hace muchos años a que los funcionarios prefieran dejar que la decisión la tome un tribunal

La matriz energética, el mercado y las barreras

                                                                                          Fuente: Diario Gestión 1.    El Perú cuenta con una impresionante dotación de recursos energéticos: recursos fósiles, como petróleo y gas natural; un inmenso potencial hidroenergético, todavía no plenamente explotado; y también importantes recursos eólicos, geotérmicos y amplia radiación solar, las llamadas “energías renovables no convencionales” (ERNC). A pesar de que el desarrollo de las ERNC viene fomentándose alrededor del mundo para mitigar el cambio climático –tal vez, el mayor peligro que enfrentamos como especie–, en el Perú estas se encuentran en un nivel incipiente. Solo alrededor del 5% de la energía eléctrica que consumimos proviene de estas fuentes. 2.     Recientemente, el gobierno publicó el D.S. 003-2022-MINAM que propone incrementar la participación de las ERNC a por lo menos el 20% del total de la energía consumida en el país para el año 2030. ¿Será posible? Posible sí, fácil n

El Gobierno, los empresarios y el “volver a creer”

  Fuente: Diario Gestión El lema central de la CADE 2023 que tuvo lugar la semana pasada en Urubamba fue “Volver a creer, volver a crecer”. A la reunión empresarial asistieron muchos ministros de Estado; sin embargo, tras algunas de sus intervenciones, varios asistentes se preguntaron: ¿volver a creer? ¿En serio?... A continuación, algunas reflexiones en torno a qué hacer para que podamos pensar en volver a creer.  Desde hace muchos años, el presidente del Consejo de Ministros no es titular de una cartera ministerial; se dedica a tiempo completo a presidir el gabinete ministerial y a coordinar la política general del gobierno; a ser una especie de jefe de Gobierno. Alberto Otárola es, tal vez, el premier que se ha acercado más a esta figura. En la reciente CADE, Otárola contribuyó a fortalecer esta percepción. En buena hora: en el medio del estancamiento y desilusión, se necesitaba mostrar liderazgo en el Ejecutivo. Su acercamiento al sector privado es, sin duda, positivo y debe saluda