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Empresas públicas: letargo y confusión

 

                                                                                                                        Fuente: Diario Gestión

1.   ¿Sabe usted cuántas empresas públicas hay en el Perú? ¿Es consciente de que usted es accionista de ellas? Estas empresas son 100% de propiedad estatal, ¿acaso usted no se siente bien representado por el Estado en el accionariado de estas empresas? Probablemente, la respuesta que dé a estas tres preguntas sea un rotundo “NO”. Esto refleja el hecho que la mayor parte de nosotros no conoce qué hacen estas empresas, cuántos millones les hemos asignado a lo largo de los años, ni cómo se manejan esos recursos. Nosotros, los verdaderos dueños de estas empresas, no nos sentimos dueños de ellas, ni actuamos como tales, por lo que estas se comportan como “empresas sin dueño”.

2.   En el libro La tragedia de las empresas sin dueño. El caso Petroperú, analizo cómo se comporta la más grande y emblemática de estas empresas. En él podrá encontrar mucha información respecto de cómo se manejan nuestras empresas públicas. Parafraseando las preguntas iniciales del libro, le pregunto a usted: ¿por qué tenemos empresas públicas? ¿cuál debe ser su rol?

3.  Para contestar a estas preguntas primero deberíamos saber cuántas empresas públicas tenemos, en qué sectores, de qué tamaño, cómo se gobiernan, si se tratan de monopolios o de empresas que compiten libremente en el mercado, cuáles han sido sus resultados y, sobre todo, si brindan sus servicios de manera eficiente y con la cobertura y calidad requeridas.

4.   Hoy, a pesar del agresivo programa de privatizaciones de los años 90, tenemos muchas empresas públicas: una empresa enorme como Petroperú, 35 empresas de diferente naturaleza incluidas en el ámbito de FONAFE (es decir, sujetas a cierto grado de control central) y un número aún más grande de empresas bajo el control de los gobiernos locales. Según una publicación reciente del IPE (“El Estado ¿Empresario?”), los gobiernos locales son dueños de 50 empresas públicas de saneamiento. Además, existen muchas otras empresas municipales, como las cajas municipales, que cuando les va mal las rescatan los gobiernos locales, es decir los contribuyentes. ¿Se imagina usted lo que debe ser la gobernanza de estas empresas, con la altísima rotación de los funcionarios en este nivel de gobierno?

5.   ¿Cuál es la razón para que todas estas empresas sean de propiedad 100% estatal? ¿Qué objetivo se persigue con esta estructura de propiedad y la estructura de incentivos que de ella se deriva? No creo que contar con un conjunto tan diverso de empresas estatales responda a una visión estratégica –ni constitucional– de lo que debe ser la actividad empresarial del Estado. La verdad es que muchas de estas empresas pueden caracterizarse como meras ‘sobrevivientes’: sobrevivieron un proceso de privatización truncado y sobreviven como empresas estatales debido a los intereses de unos pocos que se benefician de que estas permanezcan en este ámbito. ¿Acaso contar con empresas públicas con gobernanza débil y exiguo capital es la mejor manera de proveer los servicios públicos que necesitamos?

6.  l¿Qué hacer con estas empresas púbicas o empresas sin dueño? Resulta indispensable repensar la actividad empresarial del Estado, para lo cual, primero, es necesario evaluar los resultados que se han obtenido hasta la fecha. En el pasado, este tipo cuestionamiento ha conllevado a enfrentamientos ideológicos sin sentido, que disfrazaban la penosa realidad de un Estado disfuncional estancado en el statu quo. Es hora de enfrentar el toro por las astas, con racionalidad, pensando en el bienestar de la mayoría y no de unos pocos.

7.   Si el tema es de su interés, le comento que el día de hoy, a las 5:30 p.m., Gestión y la Universidad Continental, presentan la mesa redonda “El rol del Estado y las empresas públicas en el Perú”. ¡No se la pierda!

Comentarios

  1. Una vez mas, como Lic. en Administracion por la Universidad del Pacifico y conocedor (desde adentro) de esa gran y emblemática empresa estatal no puedo sino discrepar con las verdades a medias de la nota. Como no es posible tratar todas voy a centrarme en los dos que percibo como medulares: Privatización vs. Liquidación y Eficiencia vs. Accionariado. Lo que se hizo en los 90s con la referida empresa no fue privatizarla (i.e. transferencia del accionariado a privados) sino liquidarla parcialmente (i.e. vender y/o concesionar sus activos y unidades de negocio mas rentables a favor de grupos privados incluyendo uno que ha ocupado titulares por sus actividades delictivas en perjuicio del Estado y que aun así sigue operando muchos de esos activos). El reciente retiro de Exxon Mobil del índice bursátil del NYSE demuestra que el accionariado en manos privadas no es sinónimo de eficiencia en la gestión. Como profesional formado bajo los estándares éticos de la orden jesuita me siento ofendido por el concepto que la ausencia del dueño explica el pobre accionar de los gerentes. Eso equivale a decir que la ausencia de policías en las calles explica el alto nivel de delincuencia de una ciudad. Concluyo con un ejemplo y una pregunta. Años atrás, como consultor en la Gerencia de Finanzas de la petrolera estatal me tome el trabajo (sin que nadie me lo pidiera) de sumar 5 años de los ingresos percibidos por la concesión de ciertos activos y los pagos que la empresa le había hecho a ese mismo concesionario durante esos mismos años por usar el 50% de los activos concesionados. El resultado: La empresa estatal había cobrado el 50% de lo que había pagado por usar el 50% de los activos de su propiedad operados por el privado. A quien habría que culpar por este pésimo negocio heredado del mal llamado proceso de privatización a manos del supuesto dueño ausente?

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