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El voto y qué es lo que queremos del Estado

Hace ya algunos años que vengo analizando los determinantes del voto político en el Perú. ¿Por qué votamos como votamos? ¿Lo hacemos con la billetera o con el corazón? Tal vez esta disyuntiva entre billetera y corazón suene extrema, pero es útil para marcar las diferencias existentes entre diferentes tipos de motivaciones: el interés económico propio (el de mi familia o mi grupo) frente a intereses más ‘nobles’ que muchos creemos compartir: rechazo a la corrupción, anhelo de seguridad o vida en democracia. ¿Qué es lo que prima al votar, el homo economicus o el homo politicus ? Los resultados de las últimas tres elecciones presidenciales indican que los determinantes del voto difieren entre la primera y la segunda vuelta. A diferencia de la primera vuelta, cuando el homo economicus juega un rol preponderante, el voto en la segunda no se explica por variables económicas. Las elecciones en segunda vuelta las deciden los electores cuyos candidatos quedaron fuera de carrera tras...

¡Basta ya, Nicolás!

El mundo entero viene siguiendo con preocupación lo que haces con tu pueblo, Nicolás. Por donde uno va en estos días se encuentra con expresiones de solidaridad con el pueblo venezolano, al cual has sometido al hambre, al desempleo y a una creciente violencia, muchas veces promovida por tu gobierno. ¿O es que crees que el resto del mundo no se da cuenta de lo que haces, Nicolás?  Con tus políticas, con tu irresponsabilidad y aparente falta de entendimiento empujaste y sigues empujando a cientos de miles de venezolanos a tener que dejar su país. Los has condenado a empezar de cero en otras tierras, pero muchos han empezado una nueva vida con esperanza y en paz. Pues paz y esperanza es lo que le has quitado a tu pueblo. ¿O es que no te das cuenta, Nicolás? En América Latina hemos acogido a los migrantes venezolanos como corresponde, con fraternidad y solidaridad. A diario vemos a ingenieros, abogados y muchos profesionales venezolanos vendiendo arepas o trabajando co...

La política macro después del diluvio

¡Qué difícil debe ser estar sentado en el Directorio del Banco Central! Estoy seguro que los economistas directores saben que tienen que actuar, con prudencia pero de manera oportuna. No se deben repetir los errores del pasado. La economía está sufriendo un shock mayúsculo, la demanda interna está contrayéndose y, ante la falta de una respuesta de política macroeconómica oportuna y efectiva, el ingreso promedio de los peruanos disminuirá este año. No nos podemos engañar, diversos indicadores (importaciones, recaudación del IGV, ventas domésticas, precios de activos reales) señalan que el gasto agregado está disminuyendo fuertemente. Es importante recordar que la situación macroeconómica antes de la explosión de Lava Jato y de los huaycos de este verano era una de parálisis de la demanda interna. Es sobre esa endeble base que ha llovido. El shock de oferta, con toda la destrucción que trajo, afectará a su vez a la demanda, debilitándola aún más. Pensar que la “destrucción trae ...

Llegó la hora de ser expansivos

El viernes pasado, Adamo y Maynardo, dos economistas que cada dos viernes conversan en Gestión, presentaron visiones enfrentadas sobre los efectos macro del Niño costero. Maynardo sostenía que la reconstrucción que vendrá tras la destrucción causada por la anomalía climática, será reactivadora. Adamo, menos optimista, nos indicaba que la destrucción no puede ser una fuente de dinamismo macroeconómico: “Si la destrucción fuera buena, entonces habría que demoler edificios, volar puentes y destruir caminos para hacer que crezca más rápido la economía. Absurdo.” Difícil es no estar de acuerdo con Adamo. Sin duda, la destrucción de infraestructura y sus efectos sobre la oferta reducirán el crecimiento económico en el corto plazo. El esfuerzo de reconstrucción y el consecuente impulso fiscal vendrá después; probablemente se sienta con fuerza en el 2018 y 2019. Y esto no refleja necesariamente falta de capacidad de reacció...

La macroeconomía de llover sobre mojado

La naturaleza nos viene golpeando como hace tiempo no lo hacía. La magnitud de las lluvias y de los huaicos no era previsible y todavía no podemos estimar la magnitud del daño, pues no sabemos hasta cuando tendremos que convivir con esta anomalía climatológica. La destrucción de infraestructura y su efecto pernicioso sobre la oferta llevarán a un menor crecimiento económico en el corto plazo, el cual no solo afectará a los sectores primarios (principalmente agro y pesca), sino también a la manufactura y a los servicios, en particular el comercio, el transporte y el turismo. Sin duda, nos está lloviendo sobre mojado. La economía ya se había desacelerado desde hace un buen tiempo y las expectativas (poco realistas) de que con el nuevo gobierno la situación económica se revertiría rápidamente, ya se habían desinflado. De hecho, la desaceleración de la demanda interna, lejos de revertirse en el 2016, se pronunció: creció en apenas 0.9% (muy por debajo del 3.1% del 2015) y en el últi...

Frustración, ira y confusión

Hace siglos que el Perú sufre los embates de la corrupción. Esta es una enfermedad de larga data en nuestra historia. No surgió con la República; los casos y escándalos de corrupción abundan en la colonia y el virreinato. Asimismo, la existencia de sanciones drásticas para las faltas administrativas relacionadas con la riqueza del imperio incaico indica que este problema también estuvo presente en el Tahuantinsuyo. Sin duda, la corrupción es una enfermedad penosa y prolongada, pero a diferencia del cáncer, no mata al organismo, convive con él y lo debilita progresivamente. Hoy, al igual que hace poco más de 16 años, el Perú está remecido por un mega escándalo de corrupción. ¿Qué pasó en aquella oportunidad? Cayó un gobierno, algunos pocos fueron a la cárcel y la mayoría de los involucrados pasó piola. En el 2001, el líder político de la lucha contra “la dictadura” y “la corrupción” fue electo a la presidencia y hoy esa misma persona es buscada por la justicia y tendrá que hacer ...

¿Un sol más fuerte o uno más débil?

Hace muchos años que el BCR guía la política monetaria en base a metas explícitas de inflación. Supuestamente, el BCR no tiene ni metas cambiarias ni de agregados monetarios; la única guía para su política es la meta de inflación: que ésta se sitúe entre 1% y 3% al año. Sin embargo, desde comienzos del 2014 la inflación anual –medida en base al IPC– viene superando ligeramente el rango meta. Y la inflación subyacente y la de los bienes no transables es algo mayor al 3% anual desde mediados del 2011. Pero a pesar que la inflación anual, como la queramos medir, desde hace un buen tiempo cierra ligeramente por encima del rango meta, a casi nadie se le ocurriría decir que el BCR está siendo muy expansivo y que por eso la inflación es muy alta. Según la encuesta de expectativas macroeconómicas publicada por el banco central, los agentes económicos encuestados (analistas, bancos y empresas no financieras) creen que la inflación caerá por debajo del 3% anual en el 2017, aunque seguirá...